miércoles, septiembre 21, 2005

El jardin de las delicias (cap. Final)


Camilo sustituyó las manos de Sofía por las suyas propias, realizando el mismo trabajo, y comenzó a bombear lentamente… no sin antes pedirle a Sofía que se masturbase al mismo tiempo… y ella lo hizo, como en su fantasía…
Y gozó, y disfrutó de aquella situación extraordinaria… y se imaginó, como si fuera una tercera persona, a sí misma, siendo penetrada de aquel modo mientras se acariciaba de forma cada vez más acelerada… y no pudo evitarlo…
Y sus grititos entrecortados, de leve dolor, de inmenso placer, terminaron en un vigoroso y sonoro orgasmo que hizo que se le erizaran todos los poros de su piel…
Camilo se dio cuenta, y unos segundos después, ya no pudo aguantar más, se sentía explotar… estaba a punto… y en un movimiento reflejo extrajo su verga del rincón húmedo y caliente de Sofía al tiempo que expulsaba, entre espasmos, abundantes borbotones del líquido blanco y espeso que resbaló por el trasero de Sofía hacia sus pliegues mas íntimos. Ella lo sintió, caliente sobre su piel… estremeciéndose aún más, sintiendo, como de costumbre, el placer de ver disfrutar a la persona a la que se había entregado aquella noche.
Cuando él hubo terminado, ella, sin decir nada, se desplomó, agotada, sobre la suave alfombra del suelo y cerró los ojos…y casi de forma inmediata, o al menos, eso le pareció a Sofía, Camilo la acompañó silenciosamente, abrazándola, cubriéndola, como para protegerla del frío.
La besó tierna y cuidadosamente, sobre los párpados, en la mejilla, en la frente, en los labios, en la barbilla, y luego permaneció así, quieto, mudo. Ni una palabra se dijeron, no las había. Ahora tocaba sentir, solo sentir. Y sentirse. De ahí en adelante, sus vidas no serían iguales, y menos para ella, no con lo que ahora había descubierto...

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