
Viernes por la noche, me encontraba a solas, escuchando una suave música, y esperando que llegara Carlos. El me había avisado que se encargaría de cumplir la fantasía que tanto soñábamos ambos. Frecuentemente, en nuestros encuentros amorosos posteriores al famoso episodio del relato erótico, que nos liberó de las limitaciones que teníamos hasta entonces, acostumbrábamos a inventarnos fantasías eróticas, en que nos contábamos supuestas historias vividas en el plano sexual, o imágenes que creábamos para estimular nuestros juegos, y todo ello hacía surgir una atmósfera de sensualidad y lujuria que terminaba por sumergirnos en un exquisito goce. Las noches nuestras se convirtieron así, en veladas extraordinarias en que ambos rendíamos culto a nuestro sexo. A menudo disfrutábamos de vídeos pornos, que acrecentaban nuestro catálogo de fantasías, y nos permitían inventar sin trabas las más descabelladas historias eróticas, en que por supuesto, yo o Carlos, éramos principales protagonistas. Una de las fantasías más recurridas era la intervención de una tercera persona, que debo confesarlo, generalmente era otra mujer, ya una amiga común, ya una vecina, en fin, no faltaban "invitadas" a nuestro lecho. Pero siempre nos contentábamos con la imaginación, que permitía satisfacciones insospechadas. La presencia de esas parejas imaginarias en nuestra cama, ejercía una tremenda estimulación para nosotros, que no parábamos de decirnos y describir lo que sentíamos en nuestra piel, y en cada rincón de nuestros cuerpos, como si otra mujer estuviera allí, entre nosotros. Así, no resultó raro, que casi sin darnos cuenta, anheláramos concretar esa fantasía. Debo decir que mi marido era el más entusiasta, y no dudo que en cada mujer que le tocara conocer, veía el complemento de nuestras noches. El, como yo, en realidad era muy caliente, y luego de nuestro despertar con el librito aquel, supo aumentar en mí, los mismos anhelos de goce intenso y desenfrenado. Luego de que descubrí los deseos más ocultos de mi libido, y con ello disfrutar de sensaciones y orgasmos maravillosos, ya nuestras noches no fueron iguales.
Así llegó el gran día, Carlos me dijo que no podíamos seguir con sueños, que estábamos preparados para dar el paso hacia el goce real. Mis dudas eran que nunca podríamos encontrar a la mujer que se ajustara a lo que pensaba que me podía gustar a mí, pero el dijo que se encargaría, y que yo le esperara en casa.
Estuve dando vueltas por la casa como una tonta, preparando, no sé, algunos sándwiches, bebidas, algo frío por si queríamos comer algo. Está demás decir que no tenía la cabeza donde debería tenerla: mi sexo estuvo empapado toda la tarde, el pequeño calzón que me puse, al final de la tarde estaba para botarlo. Intenté no masturbarme, para mantener todo mi sexo dispuesto para la noche, pero no me fue posible: en parte por la excitación, en parte por los nervios (cuando estoy muy tensa o no puedo dormir, me sirve como un gran sedante). El caso es que a eso de las ocho (Carlos me había avisado que llegaría sobre las nueve y media), llené la bañera de agua caliente, gasté media botella de gel y sales, y me metí dentro. Estuve dentro quince o veinte minutos, con los ojos cerrados, medio adormilada, acariciándome el clítoris: tuve dos orgasmos, y podría haber tenido otros catorce. Pero decidí parar. Algo me calmó, pero tampoco demasiado.
Terminé mi baño, y me arreglé. Estuve dándole vueltas media hora a la ropa interior que ponerme, y al final me decidí por un conjunto de sujetador y braguita color rojo oscuro, muy sencillito, con poco encaje. Así que me fui al salón, me senté en el sofá, y empecé a fumar como una tonta: lo había dejado hace unos meses, pero no pude resistirlo.
Diez minutos más tarde oí cómo se abría la puerta, y voces: una, la conocía (Carlos), la otra, no. Me puse en pie (al oír que la puerta se abría, sentí que me daba un vuelco el corazón, y eso que llevaba diez minutos esperándolo), y les vi pasar por la puerta.
Así llegó el gran día, Carlos me dijo que no podíamos seguir con sueños, que estábamos preparados para dar el paso hacia el goce real. Mis dudas eran que nunca podríamos encontrar a la mujer que se ajustara a lo que pensaba que me podía gustar a mí, pero el dijo que se encargaría, y que yo le esperara en casa.
Estuve dando vueltas por la casa como una tonta, preparando, no sé, algunos sándwiches, bebidas, algo frío por si queríamos comer algo. Está demás decir que no tenía la cabeza donde debería tenerla: mi sexo estuvo empapado toda la tarde, el pequeño calzón que me puse, al final de la tarde estaba para botarlo. Intenté no masturbarme, para mantener todo mi sexo dispuesto para la noche, pero no me fue posible: en parte por la excitación, en parte por los nervios (cuando estoy muy tensa o no puedo dormir, me sirve como un gran sedante). El caso es que a eso de las ocho (Carlos me había avisado que llegaría sobre las nueve y media), llené la bañera de agua caliente, gasté media botella de gel y sales, y me metí dentro. Estuve dentro quince o veinte minutos, con los ojos cerrados, medio adormilada, acariciándome el clítoris: tuve dos orgasmos, y podría haber tenido otros catorce. Pero decidí parar. Algo me calmó, pero tampoco demasiado.
Terminé mi baño, y me arreglé. Estuve dándole vueltas media hora a la ropa interior que ponerme, y al final me decidí por un conjunto de sujetador y braguita color rojo oscuro, muy sencillito, con poco encaje. Así que me fui al salón, me senté en el sofá, y empecé a fumar como una tonta: lo había dejado hace unos meses, pero no pude resistirlo.
Diez minutos más tarde oí cómo se abría la puerta, y voces: una, la conocía (Carlos), la otra, no. Me puse en pie (al oír que la puerta se abría, sentí que me daba un vuelco el corazón, y eso que llevaba diez minutos esperándolo), y les vi pasar por la puerta.
8 comentarios:
first edition is very important to remember when writing anything these days.
suena muy interesante este segundo bloque... lo has cortado en el momento perfecto... solo falta un "To be continued"
mi niño ,sabes que las cosas que escribes,pueden causar efectos colaterales en Kerima y Andrea.
Que vas hacer al respecto?
Ansiosas......
La foto que expones,no hay naturales?
parece que son escasas en estos dias.............
A Kerima y Andrea: se ha unido el par de damas audaces? Ansiosas nuevamente?, necesito que confirmen esa disposición, para disfrutar una vez mas..... me parece genial....
Te parece genial,ahhh!!!!
no diste ninguna respuesta,hay naturales todavía?......
queda mucho natural aún,, solo hay que buscar...
Confirmamos nuestra audacia,esperamos que tu respondas a nuestras peticiones!!!!!!!!!!!
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