Desatados

Parecía que estábamos con muchas ganas. Y apenas estuvimos solos, tus manos se aferraron a mis ropas, urgidas por tenerme libre. Nos besamos, como si durante meses, nuestros labios no se hubieran tocado, como dos sedientos en el oasis al fin encontrado.

Era como si al fin te desataras, amor.

Y una vez libres, la piel habló, y la pasión se derramó a raudales, por cada espacio de nuestros cuerpos, el silencio se rompió por los chasquidos de los labios y el sisear de las lenguas recorriendo senderos tan anhelados.
Mis dedos se saludaban en tus colinas, y se sumergían en tus valles, despertando tus sensaciones nuevamente, y mis susurros te advertían que no volvería a pasar tanto tiempo….