jueves, octubre 20, 2005

El despertar erótico de Susana (IV)


¿Que podía hacer? ¿Seguía leyendo el relato?. Él no me decía nada, sólo con su mirada de placer lo decía todo, hasta su verga ahora me parecía más grande de lo normal, era como un desconocido para mi y yo me sentía como si fuera alguien diferente para él, otra mujer. Yo seguía excitadísima aún, no podía, ni quería, comprender que me estaba pasando, por fin me encontraba a mi misma, sabía de los multiorgasmos, pero siempre creí que eran fantasías o mitos.
Sentía que necesitaba más y volví a coger el relato, me estaba volviendo loca por seguir leyéndolo. La situación bien lo merecía y tengo que reconocer que seguía muy caliente, y convencida que no podía privarme de lo descubierto.
Mi mano ya se posó sin más como en un ritual sobre mi sexo, mientras seguía con la lectura, que por cierto cada vez era más excitante y perversa. Lo hice ya con todo el descaro del mundo y con mi marido más alterado que nunca. Vi que se quitó la ropa y se tumbó justo enfrente de mí, desnudo completamente en el otro sofá. Comprendí que estaba jugando como yo, y que sin duda había leído el relato, antes que yo el muy caliente. Me sentía tan adulta y libre en esos momentos, que de acuerdo a lo que estaba leyendo, mi dedo pulgar se fue introduciendo en el interior de mi coño y mientras me iba penetrando poco a poco hacia la ardiente profundidad, conseguí al mismo tiempo con otro dedo de la misma mano, empapado con la humedad de mi sexo, que entrara perfectamente por mi agujerito trasero, haciendo una especie de tenaza con la mano. Así como si fuera penetrada por dos, seguía tocándome, no sé ni como seguía leyendo, pero el relato era lo que me estaba volviendo loca de placer, era como si yo misma estuviera en él. Buscaba algo dentro de mí, como si supiera que allí, justo allí, donde mi dedo gordo empujaba encontraría algo, una y otra vez lo hacía, todo con cierta suavidad para poder seguir con la lectura y al mismo tiempo con mi placer sorprendentemente inacabable. Quería descubrir ahora cada rincón del cuerpo, seguía manoseándome a mi misma despacio, acompañada de la lectura y sabiendo que Carlos seguía observándome y casi haciendo los mismos gestos de placer que yo.
Y volví a encontrar el éxtasis, con los dedos metidos en mis carnes, por ambos lados, entrando y saliendo acompasadamente a la vez, casi se tocaban, sentía su roce entre ellos, el uno con el otro a través de mi piel , imaginé la locura de que eran dos vergas hundiéndose en mi cuerpo, y eso bastó para desatar mis últimas trabas. Fue tan rápido que casi rompo el relato del apretón que le di. Me estaba llegando otro orgasmo bestial, grité y empujé con fuerza mis dedos uno sobre el otro, para que casi se juntaran dentro de mi, y allí los dos juntos me dieron el placer tan deseado en ese momento, como ocurría en el relato, el de ser poseída por mis dos extremos a la vez.
No lo podía creer, todo aquello por un relato erótico y aún no había acabado, me sentía completamente libre disfrutando de algo nuevo para mi, que no pensé que mi cuerpo podía ser fuente de tanto deleite. Y al frente, mi marido, seguía allí más excitado que nunca, no entiendo aún como podía estar sin abalanzarse sobre mi. Por un momento ansié ser penetrada por él con aquel trozo tan grande que emergía de entre sus manos. Pero al mismo tiempo, lo que estaba pasando entre nosotros, esa corriente de nuevos goces, el juego mismo, me parecía tan morboso y excitante que prefería casi verlo a él correrse enfrente de mi, que disfrutara de mi imagen y de lo que le exhibía en esos momentos, viéndome por primera vez como otra mujer. Mis pechos parecían reventar, jamás creí que se pudieran poner así, los pezones estaban duros, me daban ganas de besarlos yo misma, poder llegar a ellos con mi boca y pasar mis labios sobre ellos, era alucinante el comportamiento que estaba teniendo, no me conocía ni yo misma. Seguía excitadísima, era como si mi cuerpo hubiera explotado de placer, como un volcán que se hubiera abierto y dejado salir, en una erupción todos los goces y sensaciones que siempre habían estado dentro, pero sometidos a los frenos de la moralidad y la rígida educación.

1 comentario:

Anónimo dijo...

AlterNet: Blogs: Peek: The Congressman for Red Lobster
' A powerful member of Congress may have broken the law by not paying taxes on foreign trips paid for by a shadowy private foundation in large part bankrolled by the parent company of the Red Lobster and Olive ...
Find out how to buy and sell anything, like things related to private road construction on interest free credit and pay back whenever you want! Exchange FREE ads on any topic, like private road construction!