martes, septiembre 20, 2005

El jardin de las delicias (cap. XIII)


Camilo se acercó y pasó su mano por toda su espalda, bajando desde la nuca (ese cuello... Mmmmm) por la columna, hasta su esplendido trasero, que se mostraba dispuesto a todo lo que él quisiera. Sofía sólo le hizo una indicación... “Hazlo suave... es mi primera vez”...y era otra verdad, al igual que su debut en besar el sexo masculino.
Camilo sonrió, pero no dijo nada y Sofía volvió la cabeza sin olvidar que, en breve, iba a experimentar algo nuevo, y una parte de aquella fantasía recurrente que acababa de recordar poco tiempo atrás.
Entonces, sintió como la mano de él se posaba justo en el centro de sus nalgas y como éste introdujo suavemente el dedo pulgar de esa misma mano en su sexo para después entrar y salir, resbalando, jugueteando entre los labios y así, hacia el clítoris y luego otra vez de vuelta. Mientras, con la otra mano, masajeaba sus glúteos, los abría, y volvía a cerrarlos.
Todo aquello hizo que Sofía se humedeciera aún más y abrió separó algo más las piernas, facilitando el acceso. Pero, de repente, en una de estas idas y venidas, Camilo extrajo ese dedo empapado, lubricado con los propios jugos de Sofía, y lo colocó en la entrada de aquel agujero que sentía tan pequeño, casi infranqueable. Así, pudo comenzar ejerciendo una ligera presión sobre el mismo, al tiempo que realizaba un casi inapreciable movimiento circular. Pero además, al momento, Sofía también sintió como otro dedo volvía a penetrarle por delante. “Mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm. Así, no pares…”. Le dijo Sofía. “Me encanta. Así… siiii,….. Despacio, amor……..”.
Poco a poco, Sofía se percató de como, más relajada, aquel dedo se iba abriendo camino, sintiéndolo cada vez más adentro, notando como aquella piel inexplorada se abría para él. Estaba siendo doblemente penetrada y la sensación era extraordinaria. A veces, él extraía su dedo y volvía a lubricarlo con su propia saliva, volviendo a introducirlo, llegando cada vez más adentro.
Poco después, le susurró al oído…
“Quiero que te abras más… seguro que puedes… ayúdate con las manos”… y, adelantándose, tomó ambas manos de Sofía y se las colocó sobre sus propias nalgas…
“Así… ábrete”… Y Sofía accedió…
(Mañana, capitulo final....)

No hay comentarios: