
Teresa, una gran amiga mía, nos había invitado junto a mi marido a una fiesta para celebrar la inauguración de su nueva casa junto a la playa. Ella siempre ha sido una vivaracha y siempre le ha gustado preparar fiestas y todo lo que sea diversión y placer, esta vez, como siempre, era seguro que iba a ser una fiesta divertida, con gente joven y muy alegre. Ella es lesbiana pero eso no impide que seamos dos buenas amigas. La verdad es que tiene muchas amigas.
A mí siempre me ha gustado competir con Teresa, su belleza es fuera de lo común y sé cuanto le gusta a Carlos, sé que la observa con los ojos embelesados y la desnuda con la mirada. Ella y yo somos muy diferentes, yo soy rubia de pelo corto sobre los hombros y ella tiene el pelo castaño oscuro, algo más largo que yo, yo tengo los ojos verdes y ella los tiene color avellana, muy bonitos y muy grandes, sus labios son más gruesos que los míos, en cuanto a pecho las dos tenemos dimensiones semejantes, así como en firmeza. Yo siempre he presumido de piernas largas, pero ella, al ser más alta que yo, las tiene más largas aún y aunque me pese, he de reconocer que más bonitas. Ella está soltera y yo casada pero eso no quita para que cuando salimos por la noche juntas intentemos competir a ver quién es la que más provoca, casi siempre me gana, ya que ella aparte de bonita y sexy es aún más lanzada y atrevida que yo.
Yo esa noche quería impresionar, sin duda que Teresa iba a estar guapísima y sexy, pero yo, como siempre quería ganarle (algo difícil). Me estuve probando toda la tarde varios modelitos: vestidos largos, cortos, faldas atrevidas, pantalones ceñidos, generosos escotes, pero al final opté por un nuevo vestido que a Carlos le encantaba y supongo que al resto de los invitados también. Era un vestido corto de gasa, sin tirantes que se sostenía con refuerzos en el pecho con un gran escote en forma redondeada, color negro y con mucho vuelo, unas medias con ligas y un conjunto de braguitas y sujetador de encaje muy reducido y de color negro también. No sabía si la ropa interior se iba a ver, pero por si acaso yo iba preparada.
Llegamos a la fiesta sobre las diez de la noche y nosotros aportamos los postres y un par de botellas de vino. Teresa salió a recibirnos y como imaginaba, estaba más que seductora. Llevaba un vestido corto como el mío, con tirantes, de una tela rojiza y brillante, con un escote muy audaz y una abertura en un lateral que le llegaba por encima de las caderas mostrando su morena piel y una de dos: o no llevaba braguitas o llevaba un tanga muy subido para que no se le notara. Mi marido solo dijo un "uffffff" al darle dos besos, suficiente para mí, lo que indicaba que había perdido ante aquella belleza, me di por vencida en el primer combate. Carlos siempre me comentaba: "es una pena que a Teresa no le gusten los hombres porque es un auténtico bombón..., o al menos un trío, o no, querida? "
A pesar de todo esto no crean que ella y yo somos rivales en nuestra amistad, todo lo contrario, somos grandes amigas que se cuentan todo sin ningún secreto, yo sé cuanto le gustan a ella las chicas y a veces he servido de celestina para conseguirle alguna nueva amiga, yo prefiero los juegos en que estoy con Carlos, y ella también nos ha ayudado a enganchar mas de un encuentro o fiesta interesante, pero nunca ha aceptado estar ella, aunque varias veces se lo he mas que insinuado. Así que somos amigas y compañeras de fatigas aunque juguemos a distintos deportes, o con distintos contendores.
El caso es que Teresa estaba impresionante, debo admitirlo, muy sexy, simpática, guapa y muy agradable en todos los sentidos.
Al cabo de un rato fueron llegando todos los invitados, uno por uno, pero ninguna de las mujeres superaba a Teresa, siempre me ha gustado parecerme a ella, comportarme como ella... siempre me ha gustado tenerla por amiga y aparte de esa envidia sana, he sentido por ella en alguna ocasión algo más que amistad, rozando el atractivo sexual, no sé si por atracción física o por tenerla idolatrada como modelo de belleza femenina.
Teresa hizo todos los honores de anfitriona en la cena, siempre con su seguridad, su belleza y su saber estar en cada momento, siendo la envidia de unas y el deseo de otros.
1 comentario:
como no imaginarse lo que viene luego.....
Espero impaciente, quiero ver como me sorprendes.....
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