
Después de unos instantes, el silencio solo era interrumpido por el roce de las toallas sobre sus cuerpos. Risitas y comentarios como susurros. Desde la cama, yo esperaba, imaginando lo que vendría, mientras bebía un trago que me había preparado. Esperando que aparecieran agotados en la sala del dormitorio,me excito cada vez más,pensando!!! es mi turno; ahora seré yo la que goce con el placer de sus besos,sus caricias y la exquisita dureza de entre sus piernas... pero cuanto más debo esperar para tener tan anhelada recompensa?
Ellos salen del baño, y se dirigen a la cama, aún secándose. Todo es risas…
Veo que encontraste algo bueno, dijo Camilo...
Siii, y muy refrescante, respondí. Y parece que necesitan uno también ustedes, se les nota agitados. Dije, sonriendo con picardía.
Si, por supuesto, nos hace falta, dice Andrea.
Me levanto y comienzo a preparar los tragos. Soy experta en preparar cosas ricas, volví a agregar con una sonrisa.
Pero Kerima, dice Camilo, no creas que te vas a escapar... mientras se acerca y me abraza por detrás, y comienza a besarme el cuello, en las orejas, en la nuca, y revuelve mi pelo.
Reacciono, dándome vuelta pero al intentar zafarme de los brazos de Camilo se me caen los vasos…
Oh, disculpen, digo, esbozando una sonrisa culpable y sintiendo que se me suben los colores a la cara.
Andrea se mata de la risa, y nosotros nos agachamos, muy rápidos, y sin querer, entrechocamos nuestras cabezas…y caemos al suelo, riendo. El liquido de las bebidas nos moja, y sin querer, pero de un modo natural, nos abrazamos y nos revolcamos, apasionados.
Te he esperado tanto tiempo… me dice Camilo, que me ha parecido una eternidad. Mis muslos se entrelazan en sus caderas y su verga enhiesta se aprieta contra mí, buscando como entrar…
Camilo, amor, ya sabes como entrar…. Le digo.
Sus manos entreabren suavemente mis labios inferiores y penetra victoriosamente, es una sensación exquisita. Comenzamos un ritmo frenético, me besa, mis pechos agitándose lo vuelven loco, los besa y mordisquea. Andrea nos observa desde la cama y comienza a excitarse, la escena la calienta y sus dedos le dan goce solitario…
Nuestro placer aumenta a cada instante, siento venir mi orgasmo, mi vagina late alrededor de su verga.
Espera, gime Camilo, todavía no me quiero ir, quiero seguir disfrutando….
Me zafo de su abrazo, y aferro su miembro con ambas manos, y luego, me pone en la alfombra en cuatro, y me hace ofrecerle mi hermoso culito…
Penétrame, susurro anhelante.
Pero no resiste la escena de mi espléndida ofrenda, y comienza a besarme, ahí, justo en el centro de mi íntimo rincón, su lengua recorre con sapiencia cada pliegue, lo que me transporta a las delicias…
Oh, gimo… es delicioso, no había sentido eso tan suave…Dame más… quiero mas amor, así, es nuevo y excitante….
Al fin me siente lista, húmeda y palpitante, reemplaza su lengua con su verga, me dejo presionar… y me penetra sin oposición. Siento, al fin, su virilidad que entra suave y deslizándose, libre y profundamente.
MMMMMM, ¡como siento eso!¡, entra y sale, mmmm, cómo se ve, mi amor? susurro… se ve rico? Como respuesta, Camilo arremete una y otra vez, aferrándome por la cintura. Lo siento genial…
Es una visión estremecedora como entra y sale, y gozamos, temblamos. En la habitación se escuchan jadeos prolongados. Andrea goza con dos de sus dedos entrando y saliendo de su chochito, viendo en primer plano mi penetración…
De pronto siento que me voy en un orgasmo, que ya no puedo detener….
Hazlo, mi amor… lo quiero, dámelo, me dice Camilo, yo también te lo daré, pero quiero sacarlo y que veas como exploto, susurra… Que me vean ambas….
Siiiii… dice Andrea….
Lo quiero ver también, me escucho decir, mientras lo retengo dentro con un cierre de mis músculos internos. Era el impulso que me faltaba. Siento un fulminante estremecimiento y me desahogo en una ríada de deleite profundo, intenso, quiero sentir como ese pene se funde con mi carne, y lo logro: su palpitación prolonga aún más mi goce, por segundos inacabables… hasta que comienza el repliegue de su miembro, retirándose de mí, lenta e imperceptiblemente.
Camilo se tiende a mi lado en la alfombra, masajeando su pene, tremendamente duro y brillante. Yo asisto como espectadora privilegiada, disfrutando todavía las pulsaciones de mi interior, mientras Andrea se tiende al otro lado de Camilo y allí, entre ambas, nuestro macho se abandona, conciente de la atención de sus espectadoras. Al ritmo de sus manos, deja que su verga, como en un latigazo, lance sus chorros…, hacia nuestros cuerpos que son recipientes de sus jugos. Descubro que ver ese orgasmo masculino, tan cerca de mi, ha sido espectacular, ver cómo ese hombre se ha desprovisto de su machismo y nos regala su placer me llena de gusto. Mi cara demuestra el goce recibido. Andrea se lanza a sorber algo de la leche….. MMMMM que rico, dice mientras sus labios enjugan el sexo de Camilo y yo no puedo dejar de intervenir también, besando ese pilón que lanza sus últimas gotas, y que aún preserva resabios de mi propio sabor.
La ofrenda se brindó ante las diosas, que solícitas, acogimos y bebimos con dedicación.
Rato después, con Andrea en la ducha, nos reímos evocando cada escena, y mientras aplacábamos los restos del ardor con sendas caricias en nuestros clítoris, dimos gracias por el alto en el camino.
FIN
1 comentario:
Y que alto en el camino!!!!; como para buscar refugio cada vez que uno salga de viaje y este sea largo...en toooodo sentido jajaja,, solo para los entendidos,,,
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