Asignatura pendiente (Cap. IV)

Escondida en su cuarto recordando lo sucedido, a Andrea le viene a la mente aquel accidente. Era una noche tan fría, igual a esta. Como saber lo que pasaría… por qué no lo pudo prever!
La cicatriz es el fiel testigo de lo sucedido años atrás. Por qué acordarme de eso ahora!!!. “Quizás el pensar que estuve tan cerca de un hombre nuevamente despertó en mi lo que creí se había muerto. Es insensato de mi parte el seguir atada a recuerdos dolorosos; esos tiempos ya pasaron, ya no soy una adolescente tonta…”
Ese beso aunque violento fue exquisito, tenía todo lo que una mujer puede desear, posesión, ternura, exigencia y un placer que promete una entrega absoluta. Desearía no haber reaccionado de esa forma, quizás ahora estaría disfrutando de algo más que un beso. “Y, si, ya no soy una adolescente, eso lo tengo claro…” Andrea, sin darse cuenta, comienza a desnudarse. Tendida en su lecho, en la penumbra tibia de su habitación, sus manos se aplicaron a aquietar su espíritu y a darle algunas respuestas a sus ansias…
Mientras tanto, en el extremo opuesto de la casa, sentado cómodamente en el sofá, Alonso disfrutaba de un brandy. Miraba el color del licor como si este pudiera decirle que hacer en ese momento. Estaba en la duda de irse o quedarse, si se iba su vida seguiría su curso normal, clases, pareja, estudios, y aunque eso no estaba nada mal, sentía que le faltaba algo.
Por otra parte, si se quedaba podría descubrir que la vida no es solo eso, el conocer a una persona más allá de acostarse con ella, también tiene su cuota sensual, la posibilidad de comprender cómo la mente de una mujer puede ser un mar de posibilidades, pensaba. La idea de la seducción le hacía sentirse mas fresco y jovial. Sentía en sus venas la adrenalina, el estímulo de la cacería recompensada. Era su intención y desafío, aunque no supiera como empezar...
Pero algo le tenía tranquilo. Pese a la reacción de Andrea con bofetón incluido, no podía pasar por alto, que su beso fue correspondido. No fue sólo un apoyarse los labios. No, la muchacha le había seguido por unos segundos el juego, y de una manera ardiente. Alonso se humedeció los labios con su lengua, rememorando el beso y al momento sintió que su virilidad reaccionaba.
Decidió salir a fumarse el último cigarrillo del día. La noche estaba un poco mas fresca aún, pero mas silenciosa. Caminó nuevamente por el camino pedregoso.
Sin poder conciliar el sueño, desnuda y febril, Andrea sintió ganas de vagar por la noche. Esta vez iría al granero, a recordar sus conversaciones con los primos y culminar con una pitadas de tabaco, la ardorosa jornada. Se levantó de la cama, sus jeans y polera estaban tirados a los pies de esta misma, no necesitaba ropa interior, solo se iba a encontrar con caballos, unos fardos de heno, y la noche..........
Llegando al establo, Andrea sintió un poco de frío. Debería haberme puesto un sweater!! Pero ahora no pienso volver...
Los caballos estaban intranquilos, los calmó dándole unas palmadas en el hocico y diciéndoles cosas agradables en el oído. En ese intercambio de sonidos apareció Alonso con un cigarrillo en la mano...
-Disculpa, no sabía quien era, vi pasar una silueta y me preocupé...
Andrea se volvió sobresaltada....
-Que haces aquí, pensé que todos estaban durmiendo...
-Para que veas que no es así, sonriéndole se acercó.... yo tampoco podía dormir Andrea, repuso él…
-Como no quieras hacer un incendio te recomiendo que no fumes dentro...
-Lo siento tienes razón, que torpe de mi parte...diciendo esto apagó cuidadosamente el cigarrillo
-Que haces tan tarde y sola?
-Calmo a los caballos!! Aprovechando que no tengo sueño..
-O sea podemos conversar… dijo Alonso
-Y de que conversaríamos los dos?
-De la vida por ejemplo.
-Tengo muy buena salud gracias...
Con una sonora carcajada, Alonso rompió la leve tensión que había...
-Si te vas a reir así, probablemente tendremos a medio pueblo husmeando que sucede aquí… dijo Andrea.
(Continuará...)