viernes, mayo 12, 2006

La señora madura


Desde hace algún tiempo, antes de ir al trabajo, me detengo en una tiendita a comprar algo para el camino a mi labor. Desde que empecé a frecuentar dicho lugar, que está cerca de donde tomo el camión, noté que la señora que la atendía me trataba muy bien.Cada que entraba a su tienda, sus ojos se iluminaban y me veía como una escolar. Esto creo que me hubiera emocionado bastante si hubiera sido una escolar, porque apenas tengo 18 años, y la señora se veía que ya pasaba los 40.
Esto en ocasiones era casi molesto, como me sonreía y se sonrojaba cuando tocaba mi mano para darme lo que pedía o el cambio.
Por un tiempo dejé de pasar a esa tiendita, y es que me sentía bastante incomodo el que me mirara de esa manera. El tiempo que dejé de ir estuve pensando mucho en la señora, estaba casada y tenia un hijo en la secundaria de por ahí, en las mañanas cuando yo pasaba a comprar, ella sola era la que atendía la tienda, porque su esposo al parecer se iba a trabajar, y era el, quien la atendía en la noche. No entendía porque se emocionaba conmigo tanto, creía que era con todos pero cuando estaba comprando yo, y entraba alguna otra persona no ocurría lo mismo.
Después que pasaron unos 3 meses que dejé de ir, volví ahí a comprar. Al verme sus ojos se iluminaron. La verdad, pensé en jugar un poco con ella y cuando le di el dinero para pagar, tomé su mano y la acaricié un poco. No la movió ni la quitó. Después la solté y le dije gracias. Me dio cosa verla a la cara, así que me fui lo mas rápido posible. Toda la noche estuve pensando en su reacción, así que antes de estar equivocado haría otras pruebas para ver si lo que creía era cierto. Al siguiente día, le pedí un refresco, los refrigeradores estaban hasta el fondo de la tienda y generalmente las personas van y los toman, era casi innecesario que se lo pidiera. Pensé que me diría que lo tomara yo, pero sin decir nada me sonrió y fue al final de la tienda, como era temprano no había nadie mas comprando. Fui tras ella a los refrigeradores, cuando se volteó para tomar el refresco que le pedí, tomé su mano y le dije; ese no. Moví su mano a otro refresco, y le di un repegon en sus nalgas, no hizo nada, solo tomó el refresco y me lo dio. Estaba súper nervioso cuando salí de la tienda, me escondí en un árbol, por que creí que iba a llamar a alguien y decir que la estaba molestando, pero nunca pasó. Al siguiente día compré unos cigarros, cuando me los dio, ella me preguntó: Hoy no quieres una Coca-cola? No supe que responder en ese momento, solo moví la cabeza diciendo que Si. Fui tras ella, y antes que abriera el refrigerador, con una mano tomé su cabello y con la otra la cintura y me le pegué con todo el pene erecto. Ella sujetó mi mano y la besó, me sorprendí con su reacción. Pero de golpe se soltó y corrió a la entrada, fui tras ella preocupado que llamara a alguien, pero solo corrió a cerrar la tienda. Cuando la cerró me sentó en la sillita donde despachaba, y con gran desesperación desabrochó mi pantalón, sujetó mi pene y lo comenzó a chupar como si fuera su paleta. Parecía una aspiradora, lo hacia con mucha fuerza. Yo gozaba al verla disfrutar de mi verga. Después se paró, se quitó la tanga que tenía, se levantó la falda y se sentó sobre mi. Aunque la señora estaba madura todavía apretaba su cosita, ya estaba súper mojado cuando se sentó. Se movía como una loca, mientras yo le sujetaba las tetas y se las estrujaba con fuerza. Como vi que le gustaba, comencé a embestirla con mucha fuerza para que gritara. Su cara hacia miles de gestos, y gemía mucho, me preocupé que llamara la atención con tantos gemidos, pero después no me importó. Con lo caliente que estaba. Parecía que la metía en algo muy mojado, después ella comenzó a gritar, le tapé la boca y traté de acallar sus gritos. Tomé un pedazo de tela con el que limpia, y se lo metí a la boca, para que se callara, cada vez que gritaba yo se la metía mas fuerte, cuando estaba mas caliente y a punto de venirme, la saqué de su vagina, todo mi pene estaba lleno de sus fluidos, la hinqué y me la empecé a jalar, hasta que eyaculé en su cara, todavía como un animal ella chupó mi semen y le comió como si fuera un néctar dulce. La hice a un lado, ella se quedó tirada inhalando y exhalando, pasando sus dedos en su cara mojada y chupándolos, yo salí, abrí la puerta de la cortina de la tienda, pero antes ella dijo: espera.
Corrió por su bolso y sacó unos billetes, los metió a mi pantalón y después acarició mi pene por encima del pantalón, y dijo adiós.
Todavía sigo con esa sensación extraña. Cuando me acuerdo no puedo creerlo, esto ya hace 3 semanas y todavía no se si debo volver a ir. Talvez vaya el lunes, si voy prometo contarles que sucedió con mi segundo encuentro. Eso si, a pesar de estar madura, se mueve como una perra caliente.
Publicado por Manzo, en http://encuentros.blogspot.com/ 7de noviembre 2005

1 comentario:

Anónimo dijo...

ummmm me gusto la historia,me llevas al lugar deseado y tu siempre lo logras,y eso me gusta...
besitos chauuuu.....