
Su mejilla pegada a la alfombra de lana, la mano bajo su vientre moviéndose con rapidez, él montado sobre ella por detrás, acuchillando su orgullo. La agarró del pelo y la cabalgó atravesando el umbral que transformó la unión en un paréntesis de goce mutuo, largo e intenso. Así estuvo una aparente eternidad y la mujer nunca había imaginado que se podía sentir toda esa maravilla, ni aun en sus mas afiebradas y curiosas fantasías ni en las docenas de noches de ensoñación en que a menudo se sumergía.
-“Lo que quieras, hazme lo que quieras” repetía ella entre sollozos que no estaba claro a que eran debidos, si a la angustia, al placer, a la alegría o un poco de cada uno. Perdió la cuenta de los orgasmos que la inundaban intensamente una y otra vez, y las veces que le sintió derramar en su interior llenándola de vida. Gemía, lanzaba frases llenas de emociones, y reía hasta que sus fuerzas la abandonaron, desfalleció y se sumió en su exquisito deleite, sintiendo hasta el último momento como él la penetraba incesantemente...
Era incansable y eso la llenaba de sensaciones gozosas, inexplicables, recónditas, misteriosas y que la mantenían atrapada, pero sin querer escapar.
Cuando despertó ya no había niebla, no había penumbra y evidentemente de él no quedaba rastro. Estaba cansada, sublimemente dolorida y vejada. Pero inexplicablemente contenta e incluso se diría que feliz. La experiencia pasada era como una purga. Fruto del más salvaje instinto animal. Se sometió libremente a la dulce tortura y se alegró de haberlo hecho. Se sentía rejuvenecida. Recogió las prendas esparcidas por todo el cuarto sin dejar de sonreír, evocando la nueva experiencia.
Había una rosa en el suelo con una nota que decía: “Escapar de la realidad es como soñar y no querer despertar. Es algo que podemos desear y cuando ocurre no lo podemos controlar. Al final, para bien o para mal, siempre acaba cuando nos despertamos. Esa es la diferencia entre sueño y realidad” Releyó muchas veces estas palabras y al final, cuando el ocaso tiñó de naranja y fucsia el cielo, miró los jirones de las nubes a través de la ventana y pensó, mientras iba a la cocina a preparar la cena: “Cuando volveré a verte? Adiós, loco amor mío, hasta siempre”.
-“Lo que quieras, hazme lo que quieras” repetía ella entre sollozos que no estaba claro a que eran debidos, si a la angustia, al placer, a la alegría o un poco de cada uno. Perdió la cuenta de los orgasmos que la inundaban intensamente una y otra vez, y las veces que le sintió derramar en su interior llenándola de vida. Gemía, lanzaba frases llenas de emociones, y reía hasta que sus fuerzas la abandonaron, desfalleció y se sumió en su exquisito deleite, sintiendo hasta el último momento como él la penetraba incesantemente...
Era incansable y eso la llenaba de sensaciones gozosas, inexplicables, recónditas, misteriosas y que la mantenían atrapada, pero sin querer escapar.
Cuando despertó ya no había niebla, no había penumbra y evidentemente de él no quedaba rastro. Estaba cansada, sublimemente dolorida y vejada. Pero inexplicablemente contenta e incluso se diría que feliz. La experiencia pasada era como una purga. Fruto del más salvaje instinto animal. Se sometió libremente a la dulce tortura y se alegró de haberlo hecho. Se sentía rejuvenecida. Recogió las prendas esparcidas por todo el cuarto sin dejar de sonreír, evocando la nueva experiencia.
Había una rosa en el suelo con una nota que decía: “Escapar de la realidad es como soñar y no querer despertar. Es algo que podemos desear y cuando ocurre no lo podemos controlar. Al final, para bien o para mal, siempre acaba cuando nos despertamos. Esa es la diferencia entre sueño y realidad” Releyó muchas veces estas palabras y al final, cuando el ocaso tiñó de naranja y fucsia el cielo, miró los jirones de las nubes a través de la ventana y pensó, mientras iba a la cocina a preparar la cena: “Cuando volveré a verte? Adiós, loco amor mío, hasta siempre”.
1 comentario:
y es un sueño?.....
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